CRISIS DEL ESTADO BENEFACTOR
El
estancamiento económico implicó para el Uruguay batllista un duro golpe. Inició
el proceso que conduciría a la crisis política de 1973. Si hubiese sido posible
mantener la tasa de crecimiento del ingreso real per cápita de 2 o 3% anual
hasta más allá de mediados de la década del 50, el inicio de la crisis pudo
haberse postergado. El sistema político imperante rara vez postuló la necesidad
de un crecimiento sostenido. Sin embargo, las políticas redistributivas de
posguerra –aunque no fuesen conducentes para lograr el desarrollo- debían tener
como premisa indispensable el crecimiento global de la economía al igual que
sus antecesoras de la época de Batlle y Ordóñez. Las reacciones de la clase política frente a
la situación económica revisten, por lo tanto, un gran interés.
La
estrategia económica que comenzó a ser implantada a fines de los 40´no fue
objeto de mayores revisiones en toda la década siguiente. La distorsión de la
economía, que ya era evidente hacia 1955, no había asumido todavía caracteres
que hicieses irresistible el reclamo de un cambio ni era tan grave para que sus
efectos más notorios pudieran ser subsanados por medidas parciales.
La
política económica de los colorados llegó finalmente a su término al
implantarse la Reforma Monetaria y Cambiaria en diciembre de 1959. La oposición se había incrementado a partir
de 1957 y estaba siendo aprovechada por el sector exportador rural, cuya
capacidad para provocar crisis cambiarias a través de la retención de su
producción o el contrabando a Brasil socavaba aún más las bases de la economía.
El descontento de los productores rurales encontró expresión en la Liga Federal
de Acción Ruralista, cuya decisión de apoyar el lema del Partido Nacional en
las elecciones de 1958 resultó un factor decisivo para la derrota colorada.
Benito Nardone 1906-1964. Conocido como Chicotazo por su programa radial y lider de la Liga Federal de Acción Ruralista |
FREGA, Ana. “Como el Uruguay no hay”. Apuntes en torno al Estado
en los años cincuenta y su crisis.
CRISIS Y PROYECTO “LIBERALIZADOR”.
Como en
otras épocas de la historia del país, la bonanza de los años de inmediata
posguerra fue una “prosperidad frágil”. Al cabo de 10 años se habían agotado
las reservas acumuladas en el periodo de guerra. El estancamiento tecnológico-productivo en el
mundo rural, denunciado con fuerza al promediar los 40´, no había sido
superado, y el Instituto Nacional de Colonización –finalmente creado en 1948-
no contaba con las herramientas ni con los recursos necesarios para revertirlo.
El crecimiento industrial que había registrado
un índice del 8,5% anual entre 1945-1954, estaba limitado por la necesidad de
divisas para la adquisición de insumos y por la estrechez del mercado interno,
al que mayoritariamente destinaba su producción. En forma paralela al estancamiento
producción crecían las actividades especulativas (operaciones inmobiliarias,
acopio de mercaderías, compra-venta de moneda extranjera) y la “fuga de capitales”; junto con ello se
expandieron las actividades bancarias, tal vez las únicas que crecieron en el
período de crisis abierto en 1955.[1]
Las manifestaciones sociales y políticas de la crisis que comenzaba no
tardaron en hacerse evidentes. Inflación y desocupación pasaron a ser vocablos
corrientes. Los mecanismos de absorción
de tensiones –a la vez que insuficientes- a través del empleo públicos o las
jubilaciones, y quienes ocupaban cargos de dirección de tales organismos
exigían el aporte de recursos en detrimento de un plan global de recuperación
económica. Tres anotaciones de Finch
contribuyen a aclarar el alcance de la situación: el empleo público creció 2,6%
anual frente a un 0,9% del privado entre 1955 y 1961; las jubilaciones y
pensiones aumentaron a un ritmo del 5,9% anual y las inversiones del sector
público, por el contrario, declinaron en términos reales a razón de un 3,5%
anual.
Aquel “país
de excepción” se iba asemejando, a pasos agigantados, a uno más de América Latina.,
subdesarrollada y dependiente. La mayor
dificultad estribaba en la búsqueda de salidas nuevas. El sobredimensionamiento estatal al cual se
había confiado la satisfacción de las demandas provenientes de todos los
sectores sociales, aparecía ahora en el banquillo de los acusados. Percibido como una “entidad externa” a la
sociedad, se lo responsabilizaba de los problemas y se le exigía el aporte de
recursos y soluciones. Las causas de la
crisis, vinculadas a la productividad y a la inserción dependiente del país en
el mercado mundial, no aparecían en la superficie y en definitiva, se seguía
esperando la solución del Estado.
Hacia
1958 la conformación de la alianza herrero-ruralista (Partido blanco) fue
ganando terreno como propulsora de un modelo “alternativo”. A partir de un acuerdo para impulsar un proyecto
de reforma constitucional[2], el herrerismo ofreció su lema para que el ruralismo presentara sus candidaturas.
El proyecto
era sencillo: aceptar la división interna del trabajo y, con ello, abandonar la
protección a las “industrias artificiales”. En su lugar se promoverían aquellas “básicas y
económicamente rendidoras”, junto a una “formulación integral de fomento para
la campaña”. Esto a su vez, incentivaría las exportaciones, cuyo nivel debía
marcar el ritmo de las importaciones, cuyo nivel debía marcar el ritmo de las
importaciones. Para ello se establecerían la libertad de cambios y la libre
comercialización de los productos agropecuarios.
El lema
keynesiano de “distribuir para crecer” debía ser sustituido. Las explicaciones sobre la inflación se
inspiraban en las concepciones fondomonetaristas: el problema era una excesiva
demanda frente a una reducida oferta. De allí que se planteara el estímulo al
ahorro, la revisión de la ley de Consejos de Salarios y la realización de
ajustes y economías en el Presupuesto. Además,
el intervencionismo estatal era visto como un “despotismo administrativo”. En
su discurso de asunción del mando, M. Echegoyen llamaba a “defender
la democracia del peligro de la totalización del Estado hecha en nombre de la
seguridad y la justicia.” El peso de la
administración en la mediación de los conflictos provocaba la burocratización
de la vida política desvirtuando la capacidad reguladora del mercado. El proyecto “liberalizador” suponía entonces:
a)
el abandono del modelo ISI por una
acción abierta cuya base fueran las exportaciones agropecuarias
b)
el repliegue del Estado en la
regulación de las relaciones laborales
c)
en el plano político, una mayor
presencia de los “técnicos” en la formulación de propuestas.
El Estado intervencionista mostraba sus
límites en tono al proyecto industrializador (frenado por el control que
los sectores agroexportadores mantenía por medio del sistema financiero) y al
deterioro de su capacidad de articular intereses sociales contrapuestos. Como
sostiene Manuel Villa para América Latina toda, “por esa puerta se coló el
neoliberalismo”.
En ese “sociedad amortiguadora”, los cambios no se produjeron
abruptamente. No hubo un suicidio político
como el de Getulio Vargas en Brasil o una “Revolución Libertadora” como la que
derrocó al peronismo en Argentina, que terminaron violentamente con los
reformismos populistas de esos países. Las soluciones se buscaron en la vía electoral, un proyecto de reforma
constitucional que suprimiera el Colegiado y la reunificación del Partido Nacional
en alianza con el Ruralismo postulando el abandono de las políticas estatistas,
se presentaron como las salidas. La
reforma no alcanzó los votos suficientes, pero el triunfo del Partido Nacional (1958) y,
dentro del él de la alianza herrero-ruralista marcaron la dirección de los
cambios. Las duras críticas a la situación
social y económica provenientes de diversos sectores del espectro político,
derivaron en el triunfo de una opción conservadora.
Tampoco aquí la transformación fue brusca. El sector exportador volvía por sus fueros, pero en un
país de base fundamentalmente urbana. La
Reforma Monetaria y Cambiaria aprobada en diciembre de 1959 supuso
efectivamente un 1º paso hacia la liberalización del régimen cambiario. Pero se
establecieron las “detracciones” a ciertas exportaciones y los “recargos” a la
importaciones de determinados artículos,
fijados ya no por una Comisión con participación de las gremiales involucradas,
sino por el Poder Ejecutivo.
El proyecto de fuerte influencia neoliberal debió enfrentarse a
numerosos frenos y bloqueos impuestos desde diversos ámbitos de la sociedad: la
presión del movimiento sindical contra
una propuesta que tendía a reducir los ingresos de los trabajadores; el veto de los industriales cuya actividad se había desplegado al amparo del proteccionismo;
los intereses electoralistas al interior de los partidos y la inercia de los
tradicionales mecanismos de satisfacción de demandas particularizadas,
constituyen algunos ejemplos.
La imagen “triunfalista” y “satisfecha” de los 50´se fue borrando en la
década siguiente al compás de la crisis, la conflictividad social y los
intentos, guiados por las directivas neoliberales, de desmontar el Estado
intervencionista.
[1] En 1954 había 30 instituciones bancarias y 5
años más tarde, en 1959, eran ya 45 los bancos que operaban en el país
[2] El herrerismo se recuperó rápidamente del
descrédito que contribuyó a su aislamiento en el golpe de Estado de 1942. Ya en
1946 fue el candidato más votado. El Ruralismo, aparecido como mov. gremial
hacia 1945, constituyó la Liga Federal de Acción Ruralista bajo el liderazgo de
B. Nardone en 1951. En 1954 había exhortado a sus adherentes nacionalistas a
votar a Herrera y a los colorados que lo hicieran por la “15”.
La alianza
originalmente incluía un sector colorado liderado por A. Demicheli y el Gral.
Juan P. Ribas.
EJERCICIO:
1.
Primeramente, ¿qué nos dice
sobre la situación del país a fines de los 50?
2.
¿Cómo describe la situación
industrial?
3.
¿Que sucedía con el país de
la excepción y quién traería la solución?
4.
¿Cuáles son las medidas
propuesta por los blancos en 1958?
5.
¿Cómo reacciona Uruguay frente
a los cambios político económicos ocurridos en América Latina?
6.
Tras el paso a las políticas
neoliberales:
a.
¿Cuáles fueron las
principales transformaciones?
b.
¿Cuáles fue la principal
consecuencia?
Huelga en Juan Lacaze 1963 |
Movilización estudiantil en Montevideo 1968 |
.............................................................................................................................................
Danilo Astori (economista) “Estancamiento, desequilibrios y ruptura. 1955 – 1972”.
La población además de su magnitud
reducida, es temprana la extinción de los habitantes nativos y las corrientes migratorias
posteriores determinaron la rápida conformación de una población europeizada.
Al mismo tiempo, el proceso de urbanización fue acelerado y, en particular la
expansión de Montevideo fue otra de las connotaciones salientes: a comienzos
del S. XX, casi la mitad de la población era urbana y alrededor del 30% vivía
en Montevideo.
De esta forma, se vino conformando una
estructura social de características bien específicas. Surgió asociada con
pautas culturales e ideológicas que resultaron fundamentales en el nacimiento
del proceso político batllista, que
a principios del S. XX logró consolidar la presencia del Estado en la vida
económica del país. Apoyado en una
alianza de clases de naturaleza urbana, que excluía a ganaderos, limitó el
poder político de estos últimos, implanto mecanismos de redistribución
progresiva del ingreso, nacionaliza sectores importantes, promovió una
profundización de la diversificación de la estructura producción ya iniciada a
fines del S. XIX, y materializó un conjunto de reformas en ámbitos social
básicos como los de la salud, la vivienda y la educación.
Apareció así un
Estado precozmente intervencionista y con un perfil ideológico
predominantemente urbano. Se gestó así una contradicción vigente durante el
transcurso de la historia posterior: la clase generadora del excedente no
monopolizaba el poder político, sino que tenía que compartirlo con el Estado,
que a su vez representaba un acuerdo tácito de los grupos urbanos. Así, el límite que el Estado impuso a la
realización del excedente de los ganaderos, permitió financiar la expansión de
actividades manufactureras urbanas y el crecimiento de determinados rubros
agrícolas................................................................................................................................................
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